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domingo, 9 de junio de 2013

El deseo es la compensación



Estaba pensando acerca de la emoción del Deseo.

El Deseo es la Compensación

Todo lo que creamos  en nuestro universo Interior -creencias, ideas- se manifiesta como un reflejo en nuestra realidad exterior; por eso somos Creadores. Todo lo que pensamos en nuestro mundo interior termina cobrando  vida -tarde o temprano- en nuestra realidad exterior, el mundo material: el espejo, la Matrix. 

Cuando pienso en aquello que deseo que se manifieste en mi realidad material: dinero, poder, amor etc. es solo la compensación de aquello que me falta en mi universo Interior, en mi mundo verdadero de espiritualidad, ahí donde reside la Verdad de mi Ser. 

Si deseo amigos quiero compensar mi soledad interior.
Si mis deseos más pujantes y obsesivos son de riqueza material quiero compensar mis miserias interiores; mi pobreza espiritual.
Si esos deseos son de  poder y admiración quiero compensar mi baja autoestima.
Si tengo envidia hacia los demás, quiero compensar mi menosprecio por ser incapaz de conseguir eso que envidio.
Si deseo Amor -que me amen- quiero compensar la incapacidad de amarme a mí mismo.
Si envidio la belleza es porque compenso mi fealdad interior, en algún momento me hicieron sentir feo.
Si Adoro, busco que me adoren porque yo me considero indigno.
Si me convierto en un abanderado de la humildad, compenso mi propio orgullo.
Si contínuamente busco dar y ser generoso con los demás, debo aprender a saber recibir para mí mismo.
Si la diversión y la risa es el lema de mi vida, estoy enmascarando mi tristeza.
Si miento a mis semejantes, escondo mi verdad bajo capas de mentira; cada vez más profundamente.
Juzgar y criticar a mis semejantes, es tan estúpido como juzgar y criticar la imagen que me refleja en el espejo.
Si culpo a otros de mis males, solo estoy eludiendo la responsabilidad de mis propios actos; soy un desconsiderado que proyecta injustos reproches.
Si siento ira o rabia hacia tí, estoy manifestando violencia en mi interior.

Cuando manifiesto a los demás respeto, compasión, amor, bondad, sinceridad; en mi interior solo anida la  Paz.

La felicidad es solo equilibrio y la mayoría de las ocasiones este equilibrio lo compensamos extrayéndolo de  nuestros semejantes: victimizándonos, quejándonos, envidiando, manipulando, mintiendo, abusando, adulando, despreciando o simplemente aniquilando.
Deseo lo que no tengo. No Amo. Necesito de tí. Quiero de tí. Nos unimos para complementar esas carencias que deseamos compensar. 

¿Habéis pensado en esto?

Os conocereis mejor analizando vuestros deseos. La verdadera sabiduría llegará cuando tengáis el coraje de enfrentaros cara a cara con vuestros propios demonios: vuestros deseos.

Es el único camino hacia la Verdad que nos hará Libres.