Estaba pensando en la Libertad.
Cuando pienso en la libertad me embarga un sentimiento de infinita ingenuidad. No sabemos nada.
La búsqueda de la libertad nos produce ansiedad, nos deprime porque jamás -en esta vida- podremos alcanzar una libertad auténtica. Estamos esclavizados por condicionamientos desde que nacemos. Los padres, los hijos, la pareja, la cultura la sociedad y la política que nos dirigen, las dependencias laborales, la hacienda pública...incluso somos esclavos de nuestras posesiones, de nuestro tiempo.
Hemos inventado el concepto libertad sin saber que en esta vida es imposible su logro. Tan imposible como que nuestra dependencia física para la subsistencia la hace inviable; la libertad solo pertenece al espíritu.
Nos esclavizamos y esclavizamos desde el mismo momento del nacimiento. Aquí no hemos venido a ser libres, hemos venido a equivocarnos y aprender: a evolucionar. Solo con la muerte acaece la verdadera liberación.
Seamos inteligentes aceptando nuestra realidad; mientras llega nuestra liberación pensemos que también hay vida antes de la muerte. Si aceptamos este hecho, habremos aprendido dos cosas: No temer a la muerte. Reducir nuestro elevado nivel de ansiedad persiguiendo utopías engañosas.
Solo nos queda la libertad de elegir y de equivocarnos: el libre albedrío.
Somos muy valientes todos los que nos hemos encadenado a una vida; así que vivamosla sin miedo; que nuestro único miedo sea no tener cada día una oportunidad para equivocarnos...libremente.
Todo lo demás, son engañosas e ilusas proyecciones de nuestra mente que nos crea dependencia, ansiedad y depresión.