Estaba pensando en porqué pasamos del amor al odio en un breve instante. De la euforia al pesimismo...
Los sentimientos tienen dos polos, su par de opuestos. Lo semejante y lo antagónico es lo mismo y los opuestos son iguales en naturaleza aunque diferentes en grado.
Pasamos del Amor al Odio en un instante, son sentimientos de la misma esencia pero están situados en la escala en el lado opuesto. Es un mismo tipo de energía. Cuanto más reprimimos un lado, más se fortalecerá el opuesto. Nunca deberíamos negar nuestros pensamientos más oscuros ni luchar contra ellos ya que los fortaleceríamos. Aceptemoslos y reconozcamoslos para poder transmutarlos.
Transmutarlos es situarnos en el lado opuesto tan solo con el pensamiento. Somos un péndulo que se balancea de un extremo a otro; si nos sentimos infelices reconozcamoslo y pensemos en la felicidad, si sentimos odio reconozcamoslo y pensemos en el amor. Somos como el péndulo y nosotros tenemos -con el pensamiento- la capacidad de dirigirlo al lado deseado. La Paz interior llegará cuando el péndulo quede quieto en el justo centro.
Seremos dueños de nuestra propia vida cuando sepamos que todos los extremos se tocan, las verdades son semiverdades y las paradojas pueden reconciliarse.
No creo que el remedio, la panacea o el estadío ideal sea encontrar el término medio; ni que por lo tanto "la paz interior llegue cuando dicho péndulo quede quieto en su justo centro".
ResponderEliminarPienso que el término medio no es bueno por sí mismo, pues nos "adormiza", y nos puede llegar a entumecer, ya que si nos dedicamos a pulular en el eclecticismo como vía de subsistencia ¡mal nos irá...!, porque pocos errores cometeremos, y el ser humano se caracteriza precisamente por la capacidad que ostenta para cometerlos.
El ser humano progreso cuando reconoce sus propios errores, cuando tiene conciencia del error; es por lo tanto con el raciocinio del fallo cuando toma conciencia de dónde se encuentra, pero sobre todo hacia donde quiere dirigirse.
Además, no creo que siempre existe una término medio a quien acudir como paliativo eficaz para solventar nuestra problemática, puesto que es evidente que existen situaciones en las que no tiene cabida.
Tan excesivo como la euforia es la depresión. ¿Existe alguién que siempre esté eufórico o depresivo? Seria un enfermo con una patología severa. El "justo centro" de esos sentimientos hace que 1º) Los reconozcas y controles. 2º) Te puedas posicionar donde tú decidas en cada momento sin caer en el pesimismo más atroz o en la euforia incontrolada; que tan perniciosos pueden llegar a ser.
ResponderEliminarYo apuesto por el "justo centro", ya lo decía Aristóteles: "En el centro se encuentra la virtud".
Gracias Paco por tu interesante opinión y tu aportación.
No voy a ser yo el que te "corrija la plana", pues no se puede ser más ignorante en la materia,que éste que suscribe, así que serás tú el que me saque de mi duda: tengo entendido que los maestros de Aristóteles no estaban de acuerdo con el término medio, y ¿no fue el propio Aristóteles el que sostenía que exístían ciertas connotaciones relativas a la maldad donde no podía existir nunca el término medio como es el caso de la envia?
ResponderEliminarfe de erratas: me refería a la envida
ResponderEliminarNo. Aristóteles tomó parte de la filosofía epicúrea donde se "despreciaban" los sentimientos para poder alcanzar la verdadera felicidad. Aristóteles venía a decir que entre la maldad y la bondad existía un termino medio. Donde no existía termino medio era si "eras malo" o "eras bueno", si eres malo lo eres por definición, eres malo y punto...no puedes ser "medio malo" ni "medio bueno", o tienes la virtud o no la tienes.
ResponderEliminarUn ejemplo. si robo 1,000€ seré un ladrón. Si robo 1000000000€ seré también un ladrón (aunque menos capullo), no hay término medio: si lo has cometido lo eres.
Espero haber explicado mi posición.
Un abrazo.
P.D. ¿Porqué no me ibas a enmendar la plana? Soy un buscador de respuestas...ignorante.