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domingo, 23 de septiembre de 2012

Te deseo, Te quiero, Te Amo

 
 
 
Estaba pensando, después de mucho tiempo, en el desear en el querer y en el amar.
 
Los tres son un tipo de sentimiento cuyo nivel vibratorio es ascendente desde el deseo al amor.
 
El deseo es la atracción de dos cuerpos que comparten su energía y satisfacen la necesidad de "sentir"a un nivel puramente físico, sin más implicaciones. Es un acto que canaliza un gran aporte de energía placentera. Esta energía equilibra, relaja y satisface por partes iguales. Se necesita el cuerpo físico fusionado con otros para que en la unión de ambos se produzca el desencadenante final: el climax físico. 
 
El querer, o el cariñ,o es un nivel vibratorio superior en que dos cuerpos establecen un tipo de vibración más alta y duradera. Satisface el miedo a la soledad. Cuando se "quiere" a alguien o a algo queremos suplir la soledad por la compañía. Queremos a los amigos, a la pareja, a los hijos, las actividades divertidas, el trabajo, el iphone de última generación...todas esas cosas/personas nos hacen olvidarnos de nuestra soledad y de que tenemos alquien o algo a lo que querer o con quien compartir. Evidentemente, este tipo de vibración puede incluir la vibración inferior del deseo. Normalmente se desea a quien se quiere y nos sentimos bien sabiendo que no estamos solos.
 
El Amor. Es el nivel vibratorio más elevado y no satisface ningún deseo. El Amor se basta a sí mismo porque es generosidad. El Amor siempre busca entregar, de ahí que ni siquiera importa si es correspondido. Se Ama por el solo hecho de amar, al contrario que el querer necesita necesariamente a otra persona para que se satisfaga. Cuando Amas estás completo y solo necesitas dar. Amar verdaderamente empieza por amarse a uno mismo; cuando esto sucede estamos completos.
 
Estos tres sentimientos son inclusivos y diferentes, por lo que todos pueden existir sin necesidad del otro.
Así, podemos "desear" sin necesidad de tener que incluir los sentimientos superiores de cariño y/o amor, simplemente por el hecho de compartir energía física placentera y divertida.
 
Podemos querer y consensuar una relación con una persona para satisfacer nuestra necesidad de estar acompañados. Este consenso implica una serie de obligaciones mútuas de respeto, libertad, cordialidad, compartir etc. Se puede querer con deseo o sin él, aunque normalmente implica intercambio de energía sexual.
 
Por último el Amor, el cual no controlamos porque su vibración proviene de una fuente espiritual. Normalmente la unión primera con otra persona se inicia en este nivel. Podemos enamorarnos de una simple mirada, de un gesto o de una voz por un intervalo de tiempo tan pequeño que parece una eternidad, nunca lo olvidamos. No es correspondido pero lo sentimos intensa y profundamente. Cuando el amor es correspondido, todo el universo mental cambia de repente; es el apogeo.
 
Cada una de estas energía corresponde a un plano de vibración diferente, el deseo al plano físico, el cariño al plano mental/emocional y el amor al plano espiritual. Estos sentimientos tampoco son compartimentos estanco, sino estadios en los que nos movemos contínuamente; aunque la mayoría de las veces nos encontramos en el segundo. La mayoría de nosotros transitamos contínuamente entre el cariño y el deseo, con episodios más o menos breves enfocados en el Amor.  Solo cuando estamos enfocados a la vez en el amor, el cariño y el deseo, alcanzamos la verdadera Iluminación.
 
Por otra parte, podemos encontrarnos con cada uno de los otros sentimientos sin necesidad de afectar a los demás, podemos desear sin querer. Podemos amar sin deseo o sin cariño. Podemos querer sin amor y con deseo; todos ellos son independientes y asumibles sin que por ello se rompa ninguna ley universal; en todo caso, se quebrantara un acuerdo entre dos partes.
 
Ahora podemos mirar a nuestro interior y saber si estamos buscando el placer o la compañia. Porque el Amor no se busca; se tiene y llega.