Translate

jueves, 26 de septiembre de 2013

Ángeles Caidos



Si te dicen que caí…

Los humanos, alguna vez –quizas hace cientos de miles de años; o más- debimos ser maravillosos seres llenos de luz, conocimiento, entendimiento y mucho amor. Con el tiempo, y por causas que se me escapan, debimos perderlo u olvidarlo: los ángeles caídos. 

Al desconectarnos de ese tiempo donde eramos seres divinos, perdimos la sabiduría, el entendimiento y el amor: nos deformamos. Creo que de ese intento de volver al origen provienen toda nuestra frustración. Sufrimos y el sufrimiento no es otra cosa que la frustración de haber perdido nuestros dones, y no recordarlo. Ahora, estamos en el camino de regreso a ese tiempo; empezamos a recordar. Empezamos a despertar. 

Todo lo que ansiamos es un edulcorante de nuestra verdadera naturaleza originaria, ansiamos el conocimiento, la libertad y el amor.

 Cuando perdimos el conocimiento olvidamos nuestra verdadera naturaleza y nos tornamos en seres sin autoestima. 
 Cuando perdimos la libertad nos convertimos en sobrevivientes…a cualquier precio. 
 Cuando perdimos el amor nos volvimos ambiciosos en cualquiera de sus innumerables manifestaciones. 


Por todo esto intuyo que en realidad, nosotros somos los verdaderos dioses, porque de lo contrario no alcanzo a comprender ni la existencia ni la omnipotencia de un dios. Si ese dios infinitamente bueno ha dejado caer al Angel es porque no ha tenido conocimiento de ello. Ese desconocimiento vuelve, a dios, en un ser imperfecto.

Los verdaderos dioses estamos empezando a despertar y a regresar, somos todos los seres humanos de este planeta...con buena voluntad.    

La emoción y la rutina






Estaba pensando en la rutina.

Cuando una Emoción es Rutinizada, deja de serlo para convertirse en un Hábito.

Posteriormente, necesitamos seguir sintiendo porque algo que era emocionante ha sido transmutado en algo mecánico, que deja de satisfacernos. Finalmente se busca una emoción sustitutiva de aquella primigenia que hemos transformado en un hábito: por eso necesitamos sentir de nuevo. Algo nos falta, algo nos sobra.

Sucede con cualquier tipo de Emoción... de ahí que nunca dejamos  de desear algo nuevo.