Estaba pensando en el deseo de lo ajeno.
Si te alegras por lo bueno que le sucede a tus semejantes, estás valorando todo lo bueno que tú también posees.
Alégrate y admira las cosas buenas que le suceden a los demás porque si lo han recibido lo ha sido por merecimiento y esfuerzo; el universo es ordenado y asigna a cada cual según su grado de necesidad y devuelve según su grado de aportación.
Cuando envidies piensa qué has dado tú, o mejor qué te has dado que tan vacío pareces y tanto necesitas...de los demás.
Me apena verte así, odiando a los demás porque poseen aquello que tú -ni siquiera- te has molestado en buscar. Quieres, en definitiva, aquello que te niegas poseer; y lo quieres fácil porque crees merecerlo todo, por nacimiento y sin esfuerzo ni perseverancia.
Tampoco te creeré cuando tu envidia se disfrace de adulación servil.
Tienes mi compasión, ojalá que algún día dejes de sufrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu participación nos enriquece.