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martes, 26 de abril de 2011

La limosna


Estaba pensando en el mendigo que en la calle hoy me pidió limosna. No se la dí. 

El que pide limosna denigra su propio orgullo, rebaja su autoestima y lo que es peor: juega al victimismo. Vende su desgracia a cambio de monedas. Pero lo más injusto de todo es que transfiere la responsabilidad de su situación a otras personas; las cuales pueden llegar incluso a sentirse culpables. El mendigo hace un modo de vida de tal situación:  profesionaliza su miseria. 

Para nosotros, los afortunados menesterosos, nada nos cuesta lanzar unas cuantas monedas al cartón con mensaje de turno; poco precio para acallar nuestra relajada conciencia. 

Son ellos mismos, con su fuerza interior, los que deben salvar la situación. Su Amor Propio hará que su precariedad haya sido solo una pesadilla. Para ello no es la mejor ayuda una limosna, es mejor regalar una oportunidad. 

Y en eso si que debe involucrarse toda la sociedad. A todos nos hará sentir mejor...mendigos y menesterosos.  A los primeros porque habrán recuperado la confianza en sí mismo para siempre. A los segundos porque habrán devuelto generosamente lo mucho que han recibido. 

domingo, 24 de abril de 2011

Reencarnación





Estaba pensando en la Resurrección del Señor, que hoy celebran los católicos. Es una doctrina muy edulcorada con respecto a la original doctrina de la reencarnación. 

Después de la muerte de Jesús El Cristo, hasta el concilio de Constantinopla en el año 553; la doctrina de la Reencarnación fue enseñada por los primeros padres de la Iglesia. También el propio Jesús habló en los mismos términos cuando refiriendose a Juan dijo: “Él es Elias” (Mateo 11:14) "Elías ya vino, y no le conocieron, más hicieron con él lo que quisieron... Entonces los discípulos entendían que él les hablaba de Juan el Bautista" (Mateo 17:12,13). En este concilio fue negada por decreto y muchos escritos religiosos destruidos.

Aunque la Jerarquía, aún hoy, no acepta la reencarnación, no quiere decir que no sea esta la Verdad. Cuando en el concilio de Trento en 1546 la iglesia aceptó los textos que serían “oficiales” en el Nuevo Testamento; ni siquieran conocian la existencia de otros textos y evangelios a los que ahora se le denominan apócrifos, y en los que se hablan abiertamente de la reencarnación; ¿cómo habrían de incluir pues la doctrina de la reencarnación?

 ¿Cuál es el propósito de toda reencarnación?

El propósito es ambivalente, por un lado aprender a superarnos a través de la experiencia, las lecciones que nos llevamos aprendidas se quedan superadas y para siempre, no se volverán a repetir; así tras muchas encarnaciones nos vamos perfeccionando hasta que no es necesario más aprendizaje.
Por otro lado, pagar nuestras deudas y recibir nuestras recompensas. Nadie se queda con nada de nadie, y todo el mundo recibe lo que dá, pero en cantidades magnificadas. Es el Karma y el Dharma: es decir, causas cuyos efectos aún no se han manifestado; causas iniciadas en otras vidas anteriores. Esta es la Justicia Divina. El Karma son nuestras deudas, el Dharma nuestras recompensas; ambas por materializarse. 

¿Nunca existe una verdadera muerte?

Somos inmortales. El cuerpo desaparece pero el alma que lo habita emigra a otra dimensión, a otro plano superior hasta que decide reencarnarse para un nuevo aprendizaje.

¿Y quíen decide en que momento y situación nos reencarnamos?


Nosotros mismos. Elegimos el tiempo oportuno, los entornos y las personas más adecuadas para nuestra próxima lección en el colegio de la vida. 

Y las personas a las que conocemos en una vida: ¿Son las mismas que conocermos en la próxima encarnación y conocimos en la anterior?

La mayoría de las veces coincidimos con el núcleo fundamental de personas en una vida. Hay veces, que la que hoy es tu esposa, bien pudo ser tu madre o hija en otra vida. O que el que era tu mayor enemigo en una vida anterior hoy sea tu propio hijo o tu hermano. 

¿Antes de nacer ya hemos “programado” nuestro futuro, nuestro futuro está predeterminado?


Si y no. Las lineas fundamentales si, pero nuestro libre albedrío puede hacer que se vayan desviando. Pueden coexistir la posibilidad de varios futuros, según nuestros actos el futuro más probable irá en una determinada situación; si vamos progresando en nuestros actos –o apartándonos de ellos- se ira perfilando un futuro diferente.

¿Nuestro verdadero ser es pues el Alma, siendo el cuerpo como un traje de quita y pon?

Así es. No somos seres humanos que tenemos una experiencia espiritual, sino más bien, el Espíritu que está teniendo una experiencia humana. Nuestro alma inmortal, es Luz. Algunos lo llaman Dios, otros Amor Incondicional, otros energia universal, otros Todo lo que Es, otros Buda, otros Alá.

Una chispa de Dios en nosotros nos dá las cualidades de Dios.  Necesitamos a Dios tanto como Dios nos necesita a nosotros. Dios insufló en nosotros una partícula de luz a su imagen y semejanza, y ahora esas partículas de luz con el transcurso del tiempo han de volver al Padre, A la unidad con el Todo. De ahí la conocida frase de que "morimos al nacer,  nacemos al morir". 

¿Cómo se explica que hay almas que deciden encarnarse en suburbios de miseria y pobreza?

Todos pasamos por todo. Tenemos que entender que significa ser pobre, para eso tenemos que representar el papel, también seremos ricos, príncipes y mendigos, sabios e incultos, fuertes y debiles, sanos y enfermos…Todas las lecciones no las podermos aprender en la misma vida, por eso regresamos contínuamente y por otro lado, todas las lecciones aprendidas nos hacen evolucionar espiritualmente: cuanto antes las aprendamos menor será la rueda de reencarnaciones.

¿Somos los culpables de nuestras miserias? 

Si, somos merecedores de todo cuanto nos ocurra, tanto las miserias como la grandezas. Todo depende de cómo gestionemos nuestro libre albedrío.

¿Dios no tiene nada que ver en lo que nos ocurre?

Estamos acostumbrados a oir frases como “hay que resignarse a la voluntad de Dios” o “es una prueba Divina” “es una prueba del Señor”; normalmente cuando te sucede algún revés o alguna desgracia. 
Si por otro lado nos enseña que Dios es bondad infinita, es nuestro padre todo amor, todo misericordia, todo sabiduría; yo me pregunto: ¿Cómo un Ser así puede sentir y desear calamidades para su propia creación? ¡Cómo podemos ser tan ignorantes de atribuirle a Él tanta desgracia, miseria, maldad, violencia, locura, caos que envuelve nuetra existencia terrena! ¡En realidad, somos nosotros, con la decisiones de nuestro libre albedrío, los que estamos creando tanto caos!

¿Cómo es entonces la esencia humana?

El hombre es un ser dual, dentro de sí tiene lo mejor y lo peor. La distancia entre el polo positivo y el negativo es muy pequeña. Dios está en el polo positivo que es el alma. En el polo negativo que es el Ego…ya sabemos quien lo habita. Nuestro libre albedrío hará oscilar el péndulo hacia uno de los dos lados: hacia la unidad y el Amor incondicional o hacia la separación y la violencia con respecto a nuestros hermanos. 

¿Cómo sabré que la doctrina de la reencarnación es la Verdadera?

No lo sabrás. Pero las cuestiones metafísicas no pueden ser racionalizadas porque su camino es inverso al de la Ciencia: Creer primero y experimentar después. 

Solo puedo contestar que tengo Fé en esta doctrina porque desaparece el miedo a la muerte. No me produce ansiedad por el futuro. Es Justa. Me sitúa en el centro del Universo: al fín y al cabo todo depende de mis acciones, ahora. También explica algo que la doctrina de la Resurrección no hace: la causa del sufrimiento humano, dándonos el poder para remediarlo...en esta vida. 
Por último, nos regala siempre una nueva oportunidad...esa es la verdadera Misericordia Divina. 

sábado, 23 de abril de 2011

La Fé


Estaba pensando en la Fé.

Yo no tengo fé. Esa fé, transcendente y externa al indivíduo, que no deja de ser una persuasión mental  de que algo es verdadero con la confianza de que ese algo sucederá en el futuro. No deja de ser una falacia que utiliza argumentos de autoridad, sin ninguna evidencia o prueba material que lo sustente y sin coherencia lógica. 

Esa fé, incorporada en la mayoría de las doctrinas y postulados de las religiones trascendentes, convierten a estas en un mercadillo de sacramentos que utilizan la "fé" en interés propio con el fín de vender -a futuro- la auténtica salvación. Cuando lo espiritual se externaliza, es del todo necesaria la asistencia del funcionario que, en exclusiva para la doctrina al uso, intermedie en la salvación del rebaño. 

Una gota de agua no es un océano, pero contiene los mismos elementos de un océano. 
En el interior del hombre se encuentran las propiedades de lo divino: el Espíritu;  pero solo encontrará la Unión Transcendental con el Todo, la auténtica salvación, cuando entre en comunión con sus semejantes. 

La Creencia en el Ser Humano, la Esperanza en su evolución hacia la bondad y la Voluntad de que por mi parte asi sea; conforman mi Fé. Y sé que mi Fé es verdadera porque cuando la pienso me provoca un maravilloso sentimiento de Amor al prójimo. Sin intermediarios. 

Esta es mi religión. ¿Te apuntas?

martes, 19 de abril de 2011

Falacias




Estaba pensando en cómo somos manipulados por las instituciones a las que pertenecemos; la clase política -sin distinción de colores- es el ejemplo más rotundo. 

Nos manipulan a través de argumentos psicologicamente persuasivos pero lógicamente incorrectos: las falacias. Estas son innumerables, tanto como la propia imaginación permite; pero generalmente se pueden agrupar en cuatro bloques, a saber:

  1. Falacias Lógicas. Las que mantienen un patrón de razonamiento que conducen a un argumento incorrecto, aunque la realidad se verifica. Un subtipo de falacia sería la  Ad logicam: "La economía va mal porque la oposición no apoya las medidas adoptadas por el gobierno".
  2. Generalización de inducción errónea. Se dan como ciertas conclusiones obtenidas a partir de una muestra no representativa. La más utilizada es la falacia del Falso dilema, en la que se utilizan los puntos extremos de una cuestión como alternativa, sin considerar el término medio. "O estas con nuestro programa, o estas con el de la oposición" "O estas conmigo o estas contra mí"
  3. Falacias no formales.  En las que se replica un argumento con ataques o descalificaciones personales, desviando la atención de la cuestión central que queda sin respuesta. Argumentum ad hominem: "Ustedes me acusa de prevaricación y sin embargo ustedes mismos mantienen causas abiertas por..."
  4. De causa cuestionable En este grupo de falacias se dá como verdadera una causa que es totalmente falsa. La más elaborada es la de la pregunta compleja, en la que el mero hecho de responder supone admitir algo que no se quiere descubrir, o bien perjudica gravemente al que responde: "¿Todavía sigues utilizando el cargo para beneficio personal? Contestación Negativa: supone que alguna vez lo hizo. Constestación afirmativa: supone que lo hizo y lo sigue haciendo. 
Estas falacias son un mínimo ejemplo de comportamiento público que podemos ver cada día, donde lo último que importa es la Verdad, la Responsabilidad, la Honestidad...y la Vergüenza.

Yo repudio este sistema donde la mentira, el encubrimiento, la apropiación indebida y el favor personal es una moneda de cambio demasiado habitual.

La falacia post hoc, ergo proptec hoc se basa en que como B ocurre después de A, entonces B es causa de A. "La igualdad de oportunidades nos llegó cuando se instauró un sistema democrático, por tanto el sistema democrático es la causa de la igualdad de oportunidades".

Pues no, la igualdad de oportunidades proviene de considerar al indivíduo en todo su conjunto, y no como un sumando del conjunto global de votos.

Hecho en falta autenticas personalidades, nada tibias, que realmente se manchen en defensa de la ciudadanía a la que representan; fuera de falacias. 

¿Quién está robando mis oportunidades? ¿Quién está robando nuestra verdadera democracia?


miércoles, 6 de abril de 2011

Sexo y/o Amor



Estaba pensando, y mucho, acerca del sexo y también del amor. 

La pregunta que me hago es: ¿Para que exista el deseo sexual, es condición necesaria la existencia del sentimiento amoroso?

Desde un punto de vista eminentemente lógico, la matriz de resultados quedaría como sigue:
  1. ¿Puede haber amor sin sexo?
  2. ¿Puede haber sexo sin amor?
  3. ¿Puede no haber ni amor ni sexo?
  4. ¿Puede haber amor con sexo?
Dado que la contestación evidente a los cuatro items es claramente "Si", supongo que en este tema no es tanto cuestión de llevar razón, como de afiliarse emotivamente en alguna de las preferencias, aunque evidentemente la adscripción viene determinada por un imperativo moral, condicionado por la cultura que nos ha tocado vivir. 

Ejemplos de otras culturas con conductas aceptadas de índole sexual -muy bien documentadas-  que podrían parecernos pecaminosas, cuando no disparatadas, las podríamos encontrar en cualquier manual de antropología al uso. Entonces, no separar ambos binomios: ¿Acaso no es un condicionamiento moral represivo de nuestra propia cultura? Todo es relativo.

Que el amor y el sexo esten indisolublemente imbricados el uno con el otro, y deba ser una condición necesaria  para la relación de pareja -según nuestra cultura-; puede suponer un error fatal o acaso mucha hipocresía si en esta cuestión; la infidelidad parece ser lo más habitual y pragmático.  Y si no es eso, queda la represión como otra posible alternativa. 

Prefiero la difícil variante de la coherencia y la fidelidad; es decir: la alternativa del diálogo sincero con la pareja, la defensa de las libertades personales, el respeto a la privacidad y la verdad sobre los sentimientos hacia la otra parte.

Fuera de esto, lo demás todo es relativo cultural y moralmente...si así lo decidimos.