- Cada cual dá lo que tiene.
- Cada uno recibe lo que dá.
Cuando me pregunto: ¿Qué he dado hoy? me produce pavor imaginar lo que recibiré; más temprano que tarde.
Espero haber sido generoso, honesto y pacífico.
Cuando me pregunto: ¿Qué he recibido hoy? me atemoriza saber lo que recibirán aquellos que me insultan, utilizan, mienten o proyectan violencia contra mí.
Solo yo soy el culpable de lo que me sucede. Yo lo he elegido. A partir de hoy no pondré excusas ni culparé a los demás de mis situaciones desagradables. Tan solo pensaré que recibo lo que doy y que perdonaré a aquellos que abusan de mí; siento piedad por ellos.
¿Es justo, Verdad?
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