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domingo, 2 de octubre de 2011

La mayor causa de infelicidad




Estaba pensando en aquellas cosas que nos hacen infelices. 

Nosotros somos los únicos culpables de nuestra infelicidad. 

El segundo axioma es que a la infelicidad nunca la encontramos en el futuro. El futuro reside solo en nuestra imaginación, son proyecciones mentales y sensaciones: Ilusiones. Por tanto, en el futuro no se encuentra el motivo de nuestra infelicidad. 

Lo tercero es que en el presente tampoco se encuentran los motivos de nuestra infelicidad; en el presente solo se encuentran las manifestaciones de lo que nos ha sucedido; el presente es el lugar de la acción y la reacción. 

La mayor causa para la infelicidad se encuentra en nuestro pasado. Mi pasado. Tu pasado.

Arrastramos nuestro propios condicionamientos y complejos desde el pasado que nos hacen agachar la cabeza porque no creemos merecer nada bueno de la vida: la culpa. 
Arrastramos también los condicionamientos y complejos de los demás, que suponen un peso adicional a la mochila: el reproche. 
La suma de esto hace que finalmente encorvemos la espalda hasta caer de rodillas y morder el polvo. 

Por esto, cuando las personas se hacen conscientes de ello, -y no caen en la falacia de buscar culpables fuera o hurgar en la vida del vecino- rompen de las tres maneras más comunes: La huida, la depresión y el suicidio. 

 Haría falta mucha valentía, fuerza, coraje y determinación para acabar con el pasado: Resetear. Morirás joven porque habrías vuelto a nacer. Pero si no matas el pasado -con la aceptación y el olvido- y te refugias en la resignación, seguirás muerto en vida: la humillación. 

Este es el dilema de la felicidad; para tenerla momentáneamente tienes que comenzar constantemente, abandonando el pasado.  

Por si a alguno os importa dirá que a mí particularmente, lo que más felicidad me aporta es Pensar, Reir y Amar, -aún teniendo en cuenta que lo primero empieza a satisfacerme cada vez menos- tan solo eso me bastaría. Todo lo demás es una innecesaria carga de infelicidad y tristeza.  


jueves, 22 de septiembre de 2011

Dios y yo.




Estaba pensando si yo creo en Dios. 

Dios es una inferencia. No existen certezas, tan solo grados de probabilidad. 

Solo conocemos aquello que podemos observar, medir o tener experiencia sensorial. Nadie ha estado con Dios. Aún no sabemos si muertos estaremos con Dios, nadie nos ha contado nada ni hemos tenido esa experiencia sensible. Por tanto, Dios es solo una inferencia, un supuesto, una aproximación conceptual o una ideología. 

Dios no es pensable; y si por un momento lo fuese, entonces dejaría de ser Dios. Si Dios no fuese incognoscible dejaría de ser Dios, porque si me mente tuviera capacidad de "conocer" a Dios, yo sería un Dios también; la existencia de dos dioses sería incompatible con el concepto de Dios...ambos dejaríamos de ser dioses. Dios es incognoscible.

Pero me temo que tampoco creo Dios el mundo. Si Dios hubiera "actuado" para crear el mundo le habría precedido un "deseo" de hacer. El Deseo es puramente humano; el hecho de desear es incompatible con la definición de Dios; dado que Dios es Absoluto y se basta a sí mismo, no puede desear. 

Solo me cabe pensar que el dios al que adoráis vosotros los católicos, budistas, mahometanos, hindúes...es tan solo una proyección mental humana. Es vuestro deseo de creer y justificar el más allá. Adorais becerros de oro en el que proyectaís vuestros propios deseos y justificais culpas. Al que utilizáis para las acciones más abyectas y denigrantes -en forma de ideología- que se puedan imaginar, para después invocar su nombre y pedirle perdón en busca de la redención. Evidentemente ese concepto de dios es contrario al sentido común y tan solo es útil para justificar ignorancia y mucha mala leche. 

Otra aproximación inferencial más lógica es que seríamos una infinitésima parte de un Dios que nos contiene. Somos como gotitas de agua de un océano llamado Dios. No somos Dios, pero tenemos muchas de las propiedades de Él. Somos evolución para llegar a la Unidad. Por lo que Dios no estaría más alejado de nosotros que la distancia que media entre nuestros hechos y nuestros corazones. Espero que Dios no se aleje de nuestro ser a la misma velocidad que perdemos nuestro sentido del Amor.  

Por ahora lo único que me conforta es saber lo que Dios no es. 
Me ahorra tiempo; -que dejo de perder en folclóricas adoraciones a imágenes e ideologías sin sentido- para Amar al prójimo.   






sábado, 10 de septiembre de 2011

El Deseo



Estaba pensando en el deseo, en el anhelo.

El deseo crea insatisfacción, tanto consiguiendo lo anhelado como no consiguiendolo. 
Cuando se consigue lo deseado, la mente crea otro deseo mayor que nos envuelve en una espiral de insatisfacción contínua. Cuando no se consigue lo anhelado, lo olvidamos y sustituimos el objeto de deseo por otro objeto similar. Estamos condenados a repetir siempre los mismos errores. 

El deseo es el que crea nuestro futuro, nos impone nuestras metas, crea nuestras relaciones.
Nuestra mente -gracias al deseo- nos obliga a pensar, planear, soñar y proyectar. La mente crea nuestro futuro utilizando como motor de acción el deseo. 

Al desear creamos ansiedad situando el objeto de deseo en el futuro, lo que hace olvidarnos de disfrutar y vivir intensamente el aquí y ahora. La vida se nos pasa mientras planificamos. 
Desear crea frustración cuando el objeto anhelado no se corresponde a nuestras expectativas. Cuando mayor sea la esperanza, cuando mayor sea el deseo, mayor será la frustración. Por esto a veces, la actitud de desear es mejor que el propio logro de lo deseado: al menos existe ilusión. 

Cuando no deseamos todo permanece inmóvil, el movimiento cesa y no hay prisa por llegar a ninguna parte. No estamos serios. No existe esperanza y por tanto tampoco frustración. No esperamos nada y todo, por nimio que pueda parecer, nos parece extraordinario. No hay fracaso porque no hay objetivo. No hay éxito que nos obligue a un éxito mayor. No hay nada porque el futuro, de repente, ha cesado. La mente ha cesado y hemos dejado de planificar, soñar y proyectar. 

Que tu único anhelo sea no desear, en ese momento te encontrarás -feliz- disfrutando del presente. Aquí y Ahora. 
Tu estado será de sosiego y te inundará una agradable sensación de paz.


martes, 23 de agosto de 2011

El Lado Oscuro II



Estaba pensando -de nuevo- en el péndulo.

De cómo los opuestos comparten una misma esencia. La violencia, la avaricia, lo sexual...son condiciones opuestas a lo pacífico, la generosidad y la castidad. El error de pensamiento es intentar contrarrestarlas asumiendo la condición de la escala opuesta; en vez de aceptarse. 

Si nuestra condición es de ser una persona violenta, tenderemos a reprimir esta cualidad convirtiendonos en pacifistas. Los pacifistas y los violentos comparten la misma esencia. El violento convertido en pacifista sigue siendo violento, lo único que cambió fué su ira en no-violencia: se autojustificó posicionandose en el lado opuesto de la escala. Pero su ira sigue siendo ira, ahora disfrazada de pacifismo. Esa energía existe en su interior, tan solo la disfraza y enmascara. El violento jurará que no volverá a manifestar su ira. Su ego traslada al inexistente futuro la promesa de ser bueno; de esta forma conserva su auto-imagen.  

El Ego es muy ladino.

El avaricioso aumentará generosamente, con las limosnas y el diezmo, su codicia de bienes y mejores recompensas -ahora inmateriales- para la otra vida, dado que es consciente de que no se podrá llevar todas sus pertenencias en esta vida; y esto además, se lo prometen las religiones las cuales sacan tajada de ello: estas venden recompensas valiosas a futuro. 

El sexual transforma su deseo en castidad, esa energía queda descompensada, no encuentra salida salvo en los sueños o fingiendo; con mala suerte degenera en violencia que compense tanta represión. 

Somos Uno, no podemos dividirnos, debemos aceptarnos en nuestra totalidad. No podemos aceptar solo los aspectos de nuestra personalidad que mejoran nuestra propia imágen. Aceptar y observar nuestro lado oscuro es el primer paso para reventar a nuestro inmenso Ego. Es el primer paso para poder evolucionar; lo contrario es el estancamiento. Es tan solo el  primer paso hacia la felicidad. 

Observate y aceptate en la Unidad, sin divisiones. Te comprenderás y avanzarás: La transmutación. 


jueves, 4 de agosto de 2011

¿Cual es tu nombre?




Estaba pensando en cómo me llamo.

Por más que fuerzo a mi corta memoria, no consigo recordar que en mi vida me hubiese llamado alguna vez por mi nombre. Jamás me he llamado, siempre me han llamado...y algunas veces ni eso. 

El común de los mortales me llaman Pedro, para otros soy el padre de...para otros soy el hijo de...para otros soy el esposo de...para otros soy el que trabaja en...para otros soy el que vive en...para otros soy el compañero de...para otros soy el de la asociación de...para otros soy el que juega en...para otros soy el cliente que...para otros soy alguien con el que se cruza cada día sin -ni siquiera- saber su nombre. 

Y eso me confunde porque quien me nombra me atrapa. Cuando alguien pronuncia mi nombre me obliga a prestarle mi atención. Cuando nos llaman siempre nos demandan algo -para pedir o compartir- pero te obliga -a dar o recibir-; y a menudo ocurre que te olvidas de Tí. El tiempo es escaso. 

 Por otra parte, también me irrita ser poseedor de tantos yoes; una sobrecarga de roles que constantemente envuelve mi verdadero Yo. No hay manera de hacer mutis por el foro de esta representación que es la vida. 
Las demandas de tantos yoes crean ansiedad y frustración. Nos cubrimos -a modo de cebolla- de una infinidad de capas que enmascaran nuestra esencia. 

Ya lo dijo Jesús cuando le preguntaron los fariseos que quién era Él, que así hablaba. 
"Yo Soy el que Soy" contesto Jesús. Él era esencia pura, Espíritu; sin ropajes ni vestimentas. Pero Él tenía la suerte de que "su reino no era de este mundo".

 Para los que nuestro reino es tan insignificantemente grande como nuestro Yo Interior, solo nos queda decir NO. Cuando aprendamos a decir NO a todos los que nos llaman por nuestro nombre, estaremos deshojando las capas de la cebolla que nos lleven a nuestro Interior: la Serenidad. 

Solo cuando consigamos deshacernos de las capas de condicionamientos trasnochados que hemos heredado, de las anacrónicas demandas interiorizadas que ya no tienen sentido, de las culpas, de los miedos y de los reproches de todos esos yoes; solo entonces empezaremos a encontrarnos -cada mañana- desnudos en el espejo. Solo entonces podremos llamarnos por nuestro nombre y decir -orgullosos- Ese Soy Yo. 

Esa es la lucha del que se quiere conquistar a sí mismo; la lucha del Verdadero Guerrero.  


domingo, 17 de julio de 2011

Acerca de la Libertad



Estaba pensando en la Libertad.

Cuando pienso en la libertad me embarga un sentimiento de infinita ingenuidad. No sabemos nada. 

 La búsqueda de la libertad nos produce ansiedad, nos deprime porque jamás -en esta vida- podremos alcanzar una libertad auténtica. Estamos esclavizados por condicionamientos desde que nacemos. Los padres, los hijos, la pareja, la cultura la sociedad y la política que nos dirigen, las dependencias  laborales, la hacienda pública...incluso somos esclavos de nuestras posesiones, de nuestro tiempo. 

Hemos inventado el concepto libertad sin saber que en esta vida es imposible su logro. Tan imposible como que nuestra dependencia física para la subsistencia la hace inviable; la libertad solo pertenece al espíritu. 

 Nos esclavizamos y esclavizamos desde el mismo momento del nacimiento. Aquí no hemos venido a ser libres, hemos venido a equivocarnos y aprender: a evolucionar. Solo con la muerte acaece la verdadera liberación.
Seamos inteligentes aceptando nuestra realidad; mientras llega nuestra liberación pensemos  que también hay vida antes de la muerte. Si aceptamos este hecho, habremos aprendido dos cosas: No temer a la muerte. Reducir nuestro elevado nivel de ansiedad persiguiendo utopías engañosas. 

Solo nos queda la libertad de elegir y de equivocarnos: el libre albedrío.  

Somos muy valientes todos los que nos hemos encadenado a una vida; así que vivamosla sin miedo; que nuestro único miedo sea no tener cada día una oportunidad para equivocarnos...libremente.  

Todo lo demás, son engañosas e ilusas proyecciones de nuestra mente que nos crea dependencia, ansiedad y depresión.  


jueves, 14 de julio de 2011

Sexo y/o Amor II




Estaba pensando -otra vez- en el sexo y en el amor.


Mientras el sexo es físico, el amor es espiritual. El sexo es deseo que necesita de otros. El amor se complace a sí mismo cuando se entrega. El sexo satisface temporalmente, el amor no conoce el tiempo. El sexo requiere un espacio, el amor envuelve todo. El sexo crea necesidad que satisfacer, el amor satisface toda necesidad. El sexo es energía física que divierte, pero también puede ser utilizada como objeto de venta o transacción manipuladora: puede llegar a esclavizar; el amor libera.

El sexo es una encarnación física del amor espiritual. El sexo crea cadenas de las que el amor no entiende. De nuevo  la dualidad. De nuevo los contrarios.

El sexo y el amor comparten la misma esencia, solo difieren en su grado opuesto en la escala. Una vez más, el péndulo debe volver al justo centro. El ego desea, el espíritu Ama. No son incompatibles porque el amor es libre y no fuerza a nada; tampoco al sexo. El sexo tampoco fuerza al amor, no puede exigir amor porque ambos son distintos en grado; tan así es que sucede que con la primera sensación de amor el sexo nos parece lejano. Ambos pueden coincidir en un punto del espacio-tiempo, pueden proyectarse en otra persona, pero no son lo mismo…ese es el error.  

El error es no tener la libertad de elegir en que lado de la escala nos situamos en cada momento. El error es pensar que uno y otro estan invariablemente unidos. El error es fundirlos y confundirlos – interesadamente- como si lo uno fuese igual a lo otro. El error es esclavizar con el sexo lo que es puramente amor. El error es forzar a amar lo que es puramente diversión y pasión terrena. Ambos son necesarios, cada uno en su plano, y cuando se les fuerza a ir unidos se produce represión e insatisfacción. 


Nadie puede obligar a otro respecto a su cuerpo físico; nadie nos puede obligar a caminar con las piernas atadas a una cadena; como nadie  puede exigirnos  amar a nadie. En esa fusión de amor y sexo es cuando empezamos a sentirnos esclavos. Este es el recurso de muchas religiones:  la “moral de esclavos” que diría Nietzsche.  

Una vez más debemos elegir: a quiénes amamos y a quienes hacemos el amor. Cuando esto coincide, que no necesariamente, nos embarga una sensación de Plenitud.  

sábado, 4 de junio de 2011

¿A quienes Amamos?





Estaba pensando si realmente sabemos a quienes amamos. 

Tenemos una personalidad; somos de una determinada manera, con un carácter específico y una peculiar forma de ser. Pero no estamos completos.

Una personalidad fuerte y arrolladora demanda sensibilidad. Un Ser sensible necesita un carácter fuerte y contundente. El lado masculino añora el lado femenino y viceversa. El pragmático quiere al soñador, el soñador desea un sentido práctico en su existencia para equilibrarlo. 

Somos duales y tendemos a la unidad, de ahí que buscamos en otros aprender a desarrollar la parte que nos complete. Eso es Plenitud. 

Por eso, cuando somos egoistas con el otro sin dar lo mejor de nosotros mismos, el amor se desvirtúa en posesión y dominación. Nos convertimos en déspotas.

Por eso, cuando odiamos a los otros porque no nos completa conforme a nuestras exigencias, realmente nos estamos odiando a nosotros mismos.

Por eso, cuando exigimos al otro que sea como nosotros, le estamos robando su libertad; lo estamos invadiendo. 

Por eso, cuando deseamos idilicamente con en ensoñaciones absurdas, huimos de una relación que ya no nos completa; estamos menospreciando. 

Nos mejoramos a nosotros mismos cuando aceptamos que necesitamos a otros, y a su vez los complementamos. No se trata de poseer y acaparar, se trata de ofrecer aquello que el otro necesita; lo mejor de nosotros mismos. Eso es Generosidad.

Cuando seamos suficientemente capaces de comprender esto, solo entonces habremos aprendido a Amar Incondicionalmente; estaremos completos y sentiremos Paz.


miércoles, 1 de junio de 2011

Héroes y Valientes




Estaba pensando en lo que puede significar conquistarse a sí mismo.

Me ha hecho reflexionar esta frase atribuida -creo- que a Buda, "un valiente es aquel capaz de conquistar a 10,000 hombres y un héroe aquel que es capaz de conquistarse a sí mismo". 

Para conquistarse a sí mismo, lo primero es observar el territorio: nuestro interior. La derrota no podrá reprocharse a causa alguna que provenga de fuera; la victoria tampoco. El enemigo somos nosotros mismos. 

Lo segundo será eliminar la culpa. ¿De qué habríamos de sentirnos culpables?  Seremos un espejo donde el enemigo claudicará al ver reflejados sus reproches y carencias. Solo podemos ser responsables de lo que sale de nuestro interior, nunca de lo que nos llega de fuera; por tanto no nos irroguemos culpas ajenas. Nadie habrá de juzgarnos.

Lo tercero será sentirnos libres. Es fundamental tener el coraje de reivindicar esa libertad -sin culpa- que hará que continuamente cometamos errores...para aprender y evolucionar. Coraje para defendernos de todas aquellas personas o grupos que quieren disponer gratuitamente de nuestra única vida. Coraje para ser los dueños de nuestro escaso tiempo. Nadie tiene derecho a imponernos sus criterios. 

Lo cuarto será ser responsables de nuestras decisiones y compromisos; pero solo de las nuestras. Cuidado de aquellos que quieran hacernos partícipes de locuras ajenas. Ya tenemos las nuestras. 

Quinto, el verdadero guerrero sabrá diferenciar muy bien -gracias a su libertad de elección- entre lo que es el amor libre y lo que significa amar libremente. 

Por último, cuando el enemigo quede maltrecho, seremos respetuosos con él porque valoraremos la valentía de haber guerreado en esta batalla de la vida. Sabremos perdonar porque somos compasivos; pero continuaremos con nuestra batalla. 

Que los valientes sigan su camino y no molesten. Yo, a partir de hoy, empiezo a ejercer como aprendiz de héroe. Sin culpa y sin pedir permiso. 

lunes, 30 de mayo de 2011

No me necesites.


Estaba pensando en la dependencia emocional.

A menudo nos pasa que nos enfocamos en exceso en otras personas (pareja, hijos, amigos...) y nos desvivimos por darle todo el afecto del mundo, toda nuestra dedicación y toda nuestra energía. Es un error. 

Es un error porque nos olvidamos totalmente de nosotros mismos, llegando a negar nuestras propias emociones.

Es un error porque creamos, en el otro, una sensación de culpabilidad permanente: "...con todo lo que yo he hecho por tí..." 

Es un error porque, al no obtener la recompensa esperada y sentirnos injustamente tratados, nos esforzamos aún más -hasta la perfección- en esta conducta; empeorando la situación.

Es un error porque situamos nuestra auto-estima bajo control de los otros, nos volvemos victimistas cuando no nos quieren en la medida de nuestro esfuerzo.  

Es un error porque nos crea inseguridad, estrés y depresión asociada al dejar el testigo de nuestras emociones en manos de terceros, y sus reacciones. Perdemos el control de nuestras vidas. Perdemos auto-estima y ganamos auto-compasión.  

Es un error porque, en realidad, solo buscamos crear necesidades en la otra parte para tener la seguridad de que no nos abandonarán. Compramos amor desvirtuado.

Es un error porque te amo se confunde con te quiero; y lo que es peor, te necesito. 

Esta codependencia -dicen los loqueros- puede ser evolutivamente una forma de protección necesaria a corto plazo para sobrellevar conflictos familiares; pero muy contraproducente a largo plazo. Probablemente el amor, que de niños hemos recibido, no ha sido del todo incondicional. Ahora, perpetuamos patrones de conducta.

A veces, solemos hacer cosas incorrectas por los motivos correctos. Con lo fácil que sería valorar lo maravillosos que somos, hacer gala de nuestras increibles virtudes, dedicarnos a cuidar de nosotros mismos:  a amarnos primero. 

Una vez más, el péndulo debe volver al justo centro. 



martes, 24 de mayo de 2011

La Mirada más Maravillosa



Estaba pensando en la mirada de una chica que no puedo -ni quiero- borrar de mi memoria.

Hace algunos dias caminaba absorto en mis asuntos cuando a lo lejos pude distinguir, sentada en un banco del parque, a una chica joven que parecía sonreirme. Tenía veintitantos años, con una esplendida y larga melena rubia. Su silueta era delgada y frágil, no dejaba de mirarme. Tímidamente crucé mi mirada con la suya. Ella mantenía -insistente- la suya, quería captar mi atención: lo consiguió. Sus ojos eran de un precioso azul intenso. Jamás había visto un color de ojos tan cautivador, pareciese que te sumergías en un océano de ansiada paz. 

A medida que me acercaba, pude apreciar que no cesaba de sonreirme; con la mirada y con los labios. Al saludarnos se esforzó en extender su brazo -con alguna torpeza- para que yo asiera su mano. Cuando coincidieron nuestras miradas, quedé absorto. Una vibración especial recorrió mi cuerpo, sentí todo mi Ser cargado de energía; fué tan maravilloso que casi podía tocar su Alma, su Luz Interior me inundó.

Esa chica especial me mostró lo que es un Espíritu límpio, un Ser amoroso. Me reflejé en ella y por un momento me sentí impuro y avergonzado.

Todavía vibro con el consuelo que me produce y la serenidad que me aporta recordar la mirada de esa chica con parálisis cerebral, que me enseñó lo mucho que tengo que mejorar como ser humano.  

¿Cual de los dos es el Espíritu esclavizado por su mente?



(Dedicado a esa chica anónima que con su mirada consiguió hacerme querer ser mejor persona)


sábado, 21 de mayo de 2011

¿Revolución?




Las leyes, -incluidas las de más alto rango como nuestra Constitución- son medios (no es un fin en si mismo) que nos hemos dado para una convicencia pacífica, con orden y justicia. Las normas y leyes no son un instrumento de uso para control y manipulación de las personas; en beneficio de unos pocos.

Pero estas normas estan al servicio de los ciudadanos y no puede ser esgrimida como un arma coercitiva, más allá del respeto a los Derechos Fundamentales. Las personas, los intereses, las necesidades de los ciudadanos y por ende de la sociedad en su conjunto, cambia y evoluciona. Estas normas también deben cambiar y adaptarse a nuevos espacios y realidades, a tenor de quedar en un anacronismo; como una norma obsoleta, incongruente e injusta que se ha distanciado de las necesidades reales de la sociedad.

De la misma forma, los representantes políticos han de estar al servicio de sus representados. Ellos trabajan para nosotros, y deben darnos cuenta de sus actuaciones. El programa político debe salir desde abajo, desde el ágora, y la clase política -del todo necesaria- trabajará para el pueblo, con el pueblo y bajo la fiscalización del pueblo. A la política se viene a servir, no a servirse y eso se lo recordaremos cada día a nuestros representantes.

No queremos revoluciones, queremos reformas que se adapten a las nuevas necesidades e intereses de una sociedad cambiante y en contínua evolución; más justa, honesta, equitativa, transparente y libre.

No queremos derribar, queremos construir. No pedimos una revolución, trabajamos por una transformación para que el estado gestione honestamente en favor de todos aquellos a los que se debe: LOS CIUDADANOS; que somos en definitiva los portadores del verdadero PODER.

Que no se le olvide a la clase política que ellos son nuestros empleados; su poder dimana de la confianza que le otorgamos; confianza que ahora le hemos retirado hasta que nuestras reinvidicaciones se hagan efectivas, y ellos se den cuenta que solo son meros SERVIDORES PÚBLICOS.

Esto, que para el poder establecido es una auténtica revolución; para nosotros no es sino una reclamación del poder, que un día confiamos, para que vuelva a su verdadero dueño: LA CIUDADANÍA.

Protestar por las injusticias y reclamar nuestro legítimo poder, -de forma pacífica-, es un derecho...no una revolución. 

¿Es que no entendéis?

jueves, 19 de mayo de 2011

¡Basta Ya!





Estaba pensando en la pregunta que me hizo mi amigo Vicente, por mi apoyo activo a la plataforma de protesta del 15 M.

No sabía por qué y así se lo trasladé. Pero me hizo reflexionar y hube de tirar de formación como sociólogo y financiero, cosa que tampoco me ayudó demasiado, para encontrar una respuesta lo suficientemente persuasiva.

Entonces, comencé a buscar desde el corazón y los sentimientos; encontré esto:

Pensando en mis hijas; quiero que sepan que en mi escala de valores, los de justicia, honestidad, igualdad, libertad y responsabilidad se ubican en lo más alto de la escala.

 Pienso en mis ancestros;  mi respeto y agradecimiento por esos mismos valores que recibí de ellos.  

Pienso en mi país; la satisfacción como ciudadano que -por primera vez  después de mucho tiempo-  me siento orgulloso de que sea el lugar donde se inició una auténtica revolución social que clama por un mundo mejor: “la rebelión de los corderos”.  

Que mis hijas estén orgullosas de que un día alcé la voz  contra la injusticia, la precariedad, la corrupción y la mentira. Que deseé  un mundo más digno para ellas.

Que lo intento activa y de forma comprometida.

Por eso grito indignado -junto a miles de ciudadanos-  ¡Basta Ya!

Y con esa misma indignación  me oireís gritar ¡Insensatos!; por saber que con una décima parte de los 13 billones de dólares de nuestros impuestos que se han gastado –por ahora- en intentar salvar el sistema financiero mundial; se podría haber erradicado el hambre del mundo.

Esta es mi respuesta, Amigo Vicente.

Me podrás encontrar, acampado, en cualquier plaza de este –desde el pasado 15-M- más digno país.


sábado, 14 de mayo de 2011

El Rebaño



Estaba pensando en el comportamiento de grupo. 

Parece que nos va la vida en ello. Renunciamos a nosotros mismo para asimilarnos al grupo al que queremos pertenecer; imitamos sus gustos, inquietudes y símbolos de estatus. No discutimos sus normas porque necesitamos su aprobación con la que autoafirmarnos: adiós a los efectos beneficiosos de la vergüenza y el ridículo.  

Pero esa seguridad bovina de pertenencia al grupo no hace sino prostituirnos. Cuando no nos arriesgamos a ser transgresores, -reivindicando nuestra propia individualidad- ya no somos fieles a nuestro Ser; hemos entrado en una relación de sumisión y dependencia con el único fin de evitar la soledad. Anulamos nuestra personalidad y autoestima. Andando el tiempo reaparece la sensación de soledad; cambiamos de grupo para volver a sentirnos adulados. 

Reivindico mi individualidad, mi ridículo y mi vergüenza. Porque solo un loco transgresor es capaz de Amar verdaderamente; al  Amor nunca lo encuentras en lo convencional y lo reglado; nunca siente vergüenza.  

Cuando transgredes el comportamiento del grupo, tú llamas su atención porque en tu valentía ven que la vida en el rebaño puede llegar a ser mortecina. Tendrás que sufrir las consecuencias de tu rebeldía, pero a cambio el placer de tu libertad de elección será un justo precio. El Amor está cerca y ellos dirán: !Qué ridiculo el Amor!  ¡Comportamientos de adolescentes!

Tú sonreirás porque estás vivo.


El Lado Oscuro


Estaba pensando en el lado oscuro; ese sitio donde agolpamos nuestros "sentimientos negativos".

No debemos luchar contra esas emociones que guardamos en la peligrosa habitación del olvido. Esas emociones, -que reprimimos tozudamente- deberíamos aceptarlas porque son positivas y necesarias. 

La ira, el miedo, el llanto, la envidia son sentimientos que nos ayudan.  La tipificación de sentimientos es un patrón mental que nos ha sido dado de niños y adolescentes, el cual arrastramos como una pesada carga que ya no nos debe pertenecer, son sentimientos reprimidos en nuestro subsconsciente: una tiranía.

Nuestros padres, otra sociedad, otras normas y costumbres nos siguen condicionando. Nos crea un estrés innecesario al aplicarlas a una vida distinta; una vida nuestra que nos parece disonante e incontrolable. No podemos transferir -por lícitas que fuesen- las emociones, normas y costumbres de otra época a nuestra experiencia actual; debemos sentir por nosotros mismos aquí y ahora. 

Ellos nos enseñaron a polarizar en exceso entre lo "bueno y lo malo". No todo es bueno o malo, sin embargo  todo es necesario para nuestro aprendizaje.

La ira es necesaria para defendernos y defender a los nuestros y lo nuestro. Por rabia y por ira muchas veces acometemos empresas que sin ellas, sería imposible alcanzar. 

El llanto nos desahoga de tensiones y canalizamos el estrés, junto a que hace ensimismarnos para meditar qué cosas debemos arreglar; nos obliga a sentarnos a reflexionar. 

El miedo nos paraliza o nos hace huir, es necesario para nuestra supervivencia. Quien no tenga miedo estará en contínuo peligro. 

La envidia nos hace fijarnos en otros y desear otras cosas; puede actuar como un modelo para nuevos logros que mejoren nuestra situación. 

Si aceptamos plenamente nuestro lado oscuro, -sin represiones- conseguiremos que estos sentimientos agolpados en nuestro subconsciente no terminen desbocados y proyectados en otros; con el consiguiente daño, muchas veces irreparable. 

La ira, la envidia, el miedo, el llanto deben ser aceptados plenamente...con Amor Incondicional. 

Amemos nuestro lado oscuro porque nos pertenece, forma parte de nuestro Ser. Abramos -sin miedo- la habitación del olvido y todo fluirá correctamente. La transmutación a una vida más plena. 

domingo, 8 de mayo de 2011

Luz y Oscuridad



Estaba pensando en lo dificil que es definir la oscuridad.

De hecho, me es imposible definir  la "oscuridad" sin apelar a su contrario: la Luz. Lo cual me lleva a pensar que, realmente, la oscuridad no es nada más que la ausencia de Luz. 
Si pienso en el "frio" sucede algo parecido; es muy dificil su definición sin apelar -implicita o explicitamente- a la ausencia de un determinado grado de calor. Todo esto me lleva a pensar que si algo puede ser definido por su contrario, entonces los contrarios deben ser iguales en esencia;  y que tan solo los diferenciaría su situación en el lado opuesto de la escala.

La pobreza y la riqueza,  la violencia y la paz, la ira y la compasión, la frustración y el éxito, la mentira y la verdad, son conceptos contrarios pero comparten una misma esencia. No hay porqué negar los opuestos, tan solo aceptarlos y con nuestro libre albedrío y nuestra conciencia, situarnos en el lado requerido y a la distancia conveniente. Es nuestra elección.

Ya dijimos aquello de que las paradojas pueden reconciliarse, los opuestos son lo mismo y las verdades son semi-verdades. Ahora añado que las personas no somos lo que pensamos; somos lo que sentimos y a partir de lo sentido construimos el mundo.

¿Desde que lado de la escala quieres sentir?

martes, 26 de abril de 2011

La limosna


Estaba pensando en el mendigo que en la calle hoy me pidió limosna. No se la dí. 

El que pide limosna denigra su propio orgullo, rebaja su autoestima y lo que es peor: juega al victimismo. Vende su desgracia a cambio de monedas. Pero lo más injusto de todo es que transfiere la responsabilidad de su situación a otras personas; las cuales pueden llegar incluso a sentirse culpables. El mendigo hace un modo de vida de tal situación:  profesionaliza su miseria. 

Para nosotros, los afortunados menesterosos, nada nos cuesta lanzar unas cuantas monedas al cartón con mensaje de turno; poco precio para acallar nuestra relajada conciencia. 

Son ellos mismos, con su fuerza interior, los que deben salvar la situación. Su Amor Propio hará que su precariedad haya sido solo una pesadilla. Para ello no es la mejor ayuda una limosna, es mejor regalar una oportunidad. 

Y en eso si que debe involucrarse toda la sociedad. A todos nos hará sentir mejor...mendigos y menesterosos.  A los primeros porque habrán recuperado la confianza en sí mismo para siempre. A los segundos porque habrán devuelto generosamente lo mucho que han recibido. 

domingo, 24 de abril de 2011

Reencarnación





Estaba pensando en la Resurrección del Señor, que hoy celebran los católicos. Es una doctrina muy edulcorada con respecto a la original doctrina de la reencarnación. 

Después de la muerte de Jesús El Cristo, hasta el concilio de Constantinopla en el año 553; la doctrina de la Reencarnación fue enseñada por los primeros padres de la Iglesia. También el propio Jesús habló en los mismos términos cuando refiriendose a Juan dijo: “Él es Elias” (Mateo 11:14) "Elías ya vino, y no le conocieron, más hicieron con él lo que quisieron... Entonces los discípulos entendían que él les hablaba de Juan el Bautista" (Mateo 17:12,13). En este concilio fue negada por decreto y muchos escritos religiosos destruidos.

Aunque la Jerarquía, aún hoy, no acepta la reencarnación, no quiere decir que no sea esta la Verdad. Cuando en el concilio de Trento en 1546 la iglesia aceptó los textos que serían “oficiales” en el Nuevo Testamento; ni siquieran conocian la existencia de otros textos y evangelios a los que ahora se le denominan apócrifos, y en los que se hablan abiertamente de la reencarnación; ¿cómo habrían de incluir pues la doctrina de la reencarnación?

 ¿Cuál es el propósito de toda reencarnación?

El propósito es ambivalente, por un lado aprender a superarnos a través de la experiencia, las lecciones que nos llevamos aprendidas se quedan superadas y para siempre, no se volverán a repetir; así tras muchas encarnaciones nos vamos perfeccionando hasta que no es necesario más aprendizaje.
Por otro lado, pagar nuestras deudas y recibir nuestras recompensas. Nadie se queda con nada de nadie, y todo el mundo recibe lo que dá, pero en cantidades magnificadas. Es el Karma y el Dharma: es decir, causas cuyos efectos aún no se han manifestado; causas iniciadas en otras vidas anteriores. Esta es la Justicia Divina. El Karma son nuestras deudas, el Dharma nuestras recompensas; ambas por materializarse. 

¿Nunca existe una verdadera muerte?

Somos inmortales. El cuerpo desaparece pero el alma que lo habita emigra a otra dimensión, a otro plano superior hasta que decide reencarnarse para un nuevo aprendizaje.

¿Y quíen decide en que momento y situación nos reencarnamos?


Nosotros mismos. Elegimos el tiempo oportuno, los entornos y las personas más adecuadas para nuestra próxima lección en el colegio de la vida. 

Y las personas a las que conocemos en una vida: ¿Son las mismas que conocermos en la próxima encarnación y conocimos en la anterior?

La mayoría de las veces coincidimos con el núcleo fundamental de personas en una vida. Hay veces, que la que hoy es tu esposa, bien pudo ser tu madre o hija en otra vida. O que el que era tu mayor enemigo en una vida anterior hoy sea tu propio hijo o tu hermano. 

¿Antes de nacer ya hemos “programado” nuestro futuro, nuestro futuro está predeterminado?


Si y no. Las lineas fundamentales si, pero nuestro libre albedrío puede hacer que se vayan desviando. Pueden coexistir la posibilidad de varios futuros, según nuestros actos el futuro más probable irá en una determinada situación; si vamos progresando en nuestros actos –o apartándonos de ellos- se ira perfilando un futuro diferente.

¿Nuestro verdadero ser es pues el Alma, siendo el cuerpo como un traje de quita y pon?

Así es. No somos seres humanos que tenemos una experiencia espiritual, sino más bien, el Espíritu que está teniendo una experiencia humana. Nuestro alma inmortal, es Luz. Algunos lo llaman Dios, otros Amor Incondicional, otros energia universal, otros Todo lo que Es, otros Buda, otros Alá.

Una chispa de Dios en nosotros nos dá las cualidades de Dios.  Necesitamos a Dios tanto como Dios nos necesita a nosotros. Dios insufló en nosotros una partícula de luz a su imagen y semejanza, y ahora esas partículas de luz con el transcurso del tiempo han de volver al Padre, A la unidad con el Todo. De ahí la conocida frase de que "morimos al nacer,  nacemos al morir". 

¿Cómo se explica que hay almas que deciden encarnarse en suburbios de miseria y pobreza?

Todos pasamos por todo. Tenemos que entender que significa ser pobre, para eso tenemos que representar el papel, también seremos ricos, príncipes y mendigos, sabios e incultos, fuertes y debiles, sanos y enfermos…Todas las lecciones no las podermos aprender en la misma vida, por eso regresamos contínuamente y por otro lado, todas las lecciones aprendidas nos hacen evolucionar espiritualmente: cuanto antes las aprendamos menor será la rueda de reencarnaciones.

¿Somos los culpables de nuestras miserias? 

Si, somos merecedores de todo cuanto nos ocurra, tanto las miserias como la grandezas. Todo depende de cómo gestionemos nuestro libre albedrío.

¿Dios no tiene nada que ver en lo que nos ocurre?

Estamos acostumbrados a oir frases como “hay que resignarse a la voluntad de Dios” o “es una prueba Divina” “es una prueba del Señor”; normalmente cuando te sucede algún revés o alguna desgracia. 
Si por otro lado nos enseña que Dios es bondad infinita, es nuestro padre todo amor, todo misericordia, todo sabiduría; yo me pregunto: ¿Cómo un Ser así puede sentir y desear calamidades para su propia creación? ¡Cómo podemos ser tan ignorantes de atribuirle a Él tanta desgracia, miseria, maldad, violencia, locura, caos que envuelve nuetra existencia terrena! ¡En realidad, somos nosotros, con la decisiones de nuestro libre albedrío, los que estamos creando tanto caos!

¿Cómo es entonces la esencia humana?

El hombre es un ser dual, dentro de sí tiene lo mejor y lo peor. La distancia entre el polo positivo y el negativo es muy pequeña. Dios está en el polo positivo que es el alma. En el polo negativo que es el Ego…ya sabemos quien lo habita. Nuestro libre albedrío hará oscilar el péndulo hacia uno de los dos lados: hacia la unidad y el Amor incondicional o hacia la separación y la violencia con respecto a nuestros hermanos. 

¿Cómo sabré que la doctrina de la reencarnación es la Verdadera?

No lo sabrás. Pero las cuestiones metafísicas no pueden ser racionalizadas porque su camino es inverso al de la Ciencia: Creer primero y experimentar después. 

Solo puedo contestar que tengo Fé en esta doctrina porque desaparece el miedo a la muerte. No me produce ansiedad por el futuro. Es Justa. Me sitúa en el centro del Universo: al fín y al cabo todo depende de mis acciones, ahora. También explica algo que la doctrina de la Resurrección no hace: la causa del sufrimiento humano, dándonos el poder para remediarlo...en esta vida. 
Por último, nos regala siempre una nueva oportunidad...esa es la verdadera Misericordia Divina. 

sábado, 23 de abril de 2011

La Fé


Estaba pensando en la Fé.

Yo no tengo fé. Esa fé, transcendente y externa al indivíduo, que no deja de ser una persuasión mental  de que algo es verdadero con la confianza de que ese algo sucederá en el futuro. No deja de ser una falacia que utiliza argumentos de autoridad, sin ninguna evidencia o prueba material que lo sustente y sin coherencia lógica. 

Esa fé, incorporada en la mayoría de las doctrinas y postulados de las religiones trascendentes, convierten a estas en un mercadillo de sacramentos que utilizan la "fé" en interés propio con el fín de vender -a futuro- la auténtica salvación. Cuando lo espiritual se externaliza, es del todo necesaria la asistencia del funcionario que, en exclusiva para la doctrina al uso, intermedie en la salvación del rebaño. 

Una gota de agua no es un océano, pero contiene los mismos elementos de un océano. 
En el interior del hombre se encuentran las propiedades de lo divino: el Espíritu;  pero solo encontrará la Unión Transcendental con el Todo, la auténtica salvación, cuando entre en comunión con sus semejantes. 

La Creencia en el Ser Humano, la Esperanza en su evolución hacia la bondad y la Voluntad de que por mi parte asi sea; conforman mi Fé. Y sé que mi Fé es verdadera porque cuando la pienso me provoca un maravilloso sentimiento de Amor al prójimo. Sin intermediarios. 

Esta es mi religión. ¿Te apuntas?

martes, 19 de abril de 2011

Falacias




Estaba pensando en cómo somos manipulados por las instituciones a las que pertenecemos; la clase política -sin distinción de colores- es el ejemplo más rotundo. 

Nos manipulan a través de argumentos psicologicamente persuasivos pero lógicamente incorrectos: las falacias. Estas son innumerables, tanto como la propia imaginación permite; pero generalmente se pueden agrupar en cuatro bloques, a saber:

  1. Falacias Lógicas. Las que mantienen un patrón de razonamiento que conducen a un argumento incorrecto, aunque la realidad se verifica. Un subtipo de falacia sería la  Ad logicam: "La economía va mal porque la oposición no apoya las medidas adoptadas por el gobierno".
  2. Generalización de inducción errónea. Se dan como ciertas conclusiones obtenidas a partir de una muestra no representativa. La más utilizada es la falacia del Falso dilema, en la que se utilizan los puntos extremos de una cuestión como alternativa, sin considerar el término medio. "O estas con nuestro programa, o estas con el de la oposición" "O estas conmigo o estas contra mí"
  3. Falacias no formales.  En las que se replica un argumento con ataques o descalificaciones personales, desviando la atención de la cuestión central que queda sin respuesta. Argumentum ad hominem: "Ustedes me acusa de prevaricación y sin embargo ustedes mismos mantienen causas abiertas por..."
  4. De causa cuestionable En este grupo de falacias se dá como verdadera una causa que es totalmente falsa. La más elaborada es la de la pregunta compleja, en la que el mero hecho de responder supone admitir algo que no se quiere descubrir, o bien perjudica gravemente al que responde: "¿Todavía sigues utilizando el cargo para beneficio personal? Contestación Negativa: supone que alguna vez lo hizo. Constestación afirmativa: supone que lo hizo y lo sigue haciendo. 
Estas falacias son un mínimo ejemplo de comportamiento público que podemos ver cada día, donde lo último que importa es la Verdad, la Responsabilidad, la Honestidad...y la Vergüenza.

Yo repudio este sistema donde la mentira, el encubrimiento, la apropiación indebida y el favor personal es una moneda de cambio demasiado habitual.

La falacia post hoc, ergo proptec hoc se basa en que como B ocurre después de A, entonces B es causa de A. "La igualdad de oportunidades nos llegó cuando se instauró un sistema democrático, por tanto el sistema democrático es la causa de la igualdad de oportunidades".

Pues no, la igualdad de oportunidades proviene de considerar al indivíduo en todo su conjunto, y no como un sumando del conjunto global de votos.

Hecho en falta autenticas personalidades, nada tibias, que realmente se manchen en defensa de la ciudadanía a la que representan; fuera de falacias. 

¿Quién está robando mis oportunidades? ¿Quién está robando nuestra verdadera democracia?


miércoles, 6 de abril de 2011

Sexo y/o Amor



Estaba pensando, y mucho, acerca del sexo y también del amor. 

La pregunta que me hago es: ¿Para que exista el deseo sexual, es condición necesaria la existencia del sentimiento amoroso?

Desde un punto de vista eminentemente lógico, la matriz de resultados quedaría como sigue:
  1. ¿Puede haber amor sin sexo?
  2. ¿Puede haber sexo sin amor?
  3. ¿Puede no haber ni amor ni sexo?
  4. ¿Puede haber amor con sexo?
Dado que la contestación evidente a los cuatro items es claramente "Si", supongo que en este tema no es tanto cuestión de llevar razón, como de afiliarse emotivamente en alguna de las preferencias, aunque evidentemente la adscripción viene determinada por un imperativo moral, condicionado por la cultura que nos ha tocado vivir. 

Ejemplos de otras culturas con conductas aceptadas de índole sexual -muy bien documentadas-  que podrían parecernos pecaminosas, cuando no disparatadas, las podríamos encontrar en cualquier manual de antropología al uso. Entonces, no separar ambos binomios: ¿Acaso no es un condicionamiento moral represivo de nuestra propia cultura? Todo es relativo.

Que el amor y el sexo esten indisolublemente imbricados el uno con el otro, y deba ser una condición necesaria  para la relación de pareja -según nuestra cultura-; puede suponer un error fatal o acaso mucha hipocresía si en esta cuestión; la infidelidad parece ser lo más habitual y pragmático.  Y si no es eso, queda la represión como otra posible alternativa. 

Prefiero la difícil variante de la coherencia y la fidelidad; es decir: la alternativa del diálogo sincero con la pareja, la defensa de las libertades personales, el respeto a la privacidad y la verdad sobre los sentimientos hacia la otra parte.

Fuera de esto, lo demás todo es relativo cultural y moralmente...si así lo decidimos. 

jueves, 31 de marzo de 2011

Los Hijos




Estaba pensando en los hijos. Ellos devuelven lo que han recibido.

Ellos Son -en gran medida- lo que han aprendido de nosotros, han imitado nuestro propio comportamiento. Somos -en verdad- muy responsables de sus valores y sus desdichas.

¿Cuantas veces no los utilizamos para que sean una continuación de nuestras propias frustraciones? ¿Cuantas veces no los obligamos a que repitan nuestras propias miserias? ¿Porqué han de ser esclavos de nuestros propios deseos? ¿Porqué coartamos su libertad, y los utilizamos interesadamente, bajo la peregrina excusa de su propia protección?

¿En verdad estamos tan ciegos para no comprender que su vida no es nuestra vida? ¿Somos tan egoístas que les negamos sus propias oportunidades para que puedan repetir nuestros propios fracasos?

Deberíamos comprender que la educación de nuestros hijos se asemeja al arco y la flecha. Nosotros tensamos el arco fuerte y con mucho amor; pero cuando la flecha es disparada al viento con nuestros mejores deseos, ya no nos pertenece; tan solo nos queda rezar porque la flecha alcance el mejor de los objetivos. 

¿Donde estábamos cuando hubimos de lanzar la flecha?
¿Acaso estábamos?  

domingo, 27 de marzo de 2011

El círculo





Estaba pensando en que la geometría de la vida bien puede ser como un círculo. 

Nunca sabemos en que punto concreto del círculo se comienza o se acaba; podremos elegir libremente el principio y el fín. En el circulo todo fluye y vuelve. El círculo se completa a sí mismo, nada exterior a sí mismo puede ser definido como círculo; solo lo que hay en su interior es círculo.

Podemos -en nuestras vidas- trazar tantos círculos como queramos; cuando los círculos son demasiado amplios solo nos permiten valorar los grandes acontecimientos que nos han sucedido. 

 A mí me gustan los círculos que abarcan solo un día. En estos círculos se saborea de forma especial cada gesto, cada caricia, cada beso, cada mirada o cada sonrisa porque estos serán los últimos que recibiremos hoy. Si valoramos los pequeños detalles que nos suceden cada día, veremos que estos son los que aportan felicidad a nuestro interior, tan solo por hoy.    

Siempre es hoy. 


martes, 22 de marzo de 2011

Causa-Efecto



Estaba pensando en que toda causa tiene un efecto, y que todo efecto proviene de una causa. Es el principio físico de acción-reacción. 

Tendemos a atribuirnos como propio lo bueno que nos sucede con nuestras acciones; sin embargo, atribuimos nuestros males a cualquier cosa externa a la que podamos culpabilizar; como si otras personas, el destino, la suerte e incluso la metereología fuesen las causas de nuestros males.  

El presente es el único momento del espacio-tiempo en el que tenemos poder para actuar, todo lo que hoy nos está sucediendo es consecuencia de nuestras acciones del pasado; sean estas buenas o malas, sean de esta vida o de vidas anteriores.

De como actuemos en conciencia hoy, estaremos creando nuestro mañana. Tenemos el poder de crear el futuro que deseemos con tan solo proyectar nuestra conciencia y saber que todo lo que nos sucede tiene origen en nosotros mismos.  

La buena noticia es que, aunque nosotros mismos seamos los culpables de nuestras desdichas, también en nuestro interior reside la capacidad de disolverlas y superarlas. Son nuestras lecciones de vida que aprendemos -demasiadas veces- con amargura. El sufrimiento del aprendizaje es tan solo una elección. 

Solo hoy podemos ser la causa de la felicidad venidera y para eso deberíamos empezar por  perdonar nuestro propio pasado.