Estaba pensando en porqué tendemos a denostar aquello que no conocemos.
Nuestros filtros mentales, basados en nuestras experiencias y condicionamientos, juzgan aquellas situaciones de las que no tenemos experiencia: hacen que nos estanquemos. Son prejuicios.
¿Cómo es posible que podamos enjuiciar sobre algo que no conocemos? ¿Cuanta felicidad y dicha perdemos por no arriesgarnos a atravesar esa puerta incierta?
Y si la atravesáramos: ¿qué podemos perder; salvo el miedo a vivir?
Un verdadero guerrero deja las cosas fluir, sin prejuzgar. Un verdadero guerrero sabe que la felicidad se encuentra muy cerca de aquello que está por descubrir, de aquello que desconoce.
A veces, debemos dar el paso hacia adelante -sin complejos- para poder evolucionar: es nuestra misión.
Si abandonáramos los prejuicios sobre aquello que desconocemos, nos estaríamos dando permiso para que muchas cosas hermosas nos sucedieran cada día.
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