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jueves, 31 de marzo de 2011

Los Hijos




Estaba pensando en los hijos. Ellos devuelven lo que han recibido.

Ellos Son -en gran medida- lo que han aprendido de nosotros, han imitado nuestro propio comportamiento. Somos -en verdad- muy responsables de sus valores y sus desdichas.

¿Cuantas veces no los utilizamos para que sean una continuación de nuestras propias frustraciones? ¿Cuantas veces no los obligamos a que repitan nuestras propias miserias? ¿Porqué han de ser esclavos de nuestros propios deseos? ¿Porqué coartamos su libertad, y los utilizamos interesadamente, bajo la peregrina excusa de su propia protección?

¿En verdad estamos tan ciegos para no comprender que su vida no es nuestra vida? ¿Somos tan egoístas que les negamos sus propias oportunidades para que puedan repetir nuestros propios fracasos?

Deberíamos comprender que la educación de nuestros hijos se asemeja al arco y la flecha. Nosotros tensamos el arco fuerte y con mucho amor; pero cuando la flecha es disparada al viento con nuestros mejores deseos, ya no nos pertenece; tan solo nos queda rezar porque la flecha alcance el mejor de los objetivos. 

¿Donde estábamos cuando hubimos de lanzar la flecha?
¿Acaso estábamos?  

2 comentarios:

  1. Francisco P. Cejudo1 de abril de 2011, 21:24

    Amigo Pedro, si como dices coartamos, criticamos y servimos de filtro, quizás sea porque hemos de ser coraza para que una vez estén preparados lanzarlos; pero no como aludes en forma de flecha puesto que no conozco a ningún arquero que no dirija su misil hacia un objetivo predeterminado, todos desean que su acción sea certera y se incruste en la diana. Si como bien dices hay que esperar para lograr el mejor de los objetivos; la flecha solo valdría cuando el punto rojo a alcanzar comprendiera todo lo que abarca la expresión "buena persona".

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  2. Hola Paco:

    La flecha es el hijo al que dejamos volar, libre y con nuestros mejores deseos. Nosotros somos el arco flexible y tenso a la vez. El objetivo no es el nuestro, debe ser el de la flecha. Ese objetivo nunca es el mismo para todo el mundo y estará condicionado por multitud de circunstancias. Para nosotros será srr "buena persona" como tú bien dices; pero para otros...cualquiera sabe.

    Un Abrazo, Paco.

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